Mi viaje a París madre e hija

¡Hola! ¿Cómo está yendo la semana? Espero que muy bien. Hoy quiero dejar por aquí una breve guía de viaje o de ideas para que todas aquellas personas que desde que nos visteis a Mia y a mí en París estáis pensando en hacer algo similar con vuestros hijos tengáis un punto de partida.

Nosotras fuimos tres días y la verdad es que si hubiéramos ido un par más hubiéramos tenido más tiempo de ver algunas cosas, pero al final, eran los días que podíamos dejar a nuestros chicos solos. ☺
El hotel en el que nos hospedamos estaba fenomenal. Se llama Augustin de la cadena Astotel. Estaba situado en el distrito VIII y con muy buena comunicación con varias líneas de metro que nos conectaron con el resto de puntos interesantes de la ciudad. Cuando estuve mirando hoteles opté por uno que tuviera un estilo más divertido porque abundaban los clásicos y más aburridos en cuanto a decoración. El desayuno tipo buffet estaba riquísimo y el camarero, Ariel, era un español majísimo.

Para movernos en la ciudad compramos un bono de 10 pases de metro y si os soy sincera pasábamos las dos con un único ticket. ☺ ¿Nunca lo habéis hecho? Bueno, la realidad es que los niños no pagaban hasta no sé qué edad avanzada y bueno, nos hicimos las locas y a Mia le hacía mucha gracia hacer eso con su madre. El metro en París funciona muy bien. Otra cuestión que nos ayudó mucho fue llevar una guía de Paris con mapa incluido. Hacía tiempo que no viajaba con una guía clásica, pero la realidad es que tienen toda la información muy esquemática y bien clasificada.

DIA 1. En el primer día del viaje decidimos ir a toda la zona de la île de la Cité. Por allí anduvimos por:

El mercado de las flores donde tienen todo tipo de flores y es el más antiguo de la ciudad ya que se remonta a principios del siglo XIX.

Notre-Dame que es el corazón del país. Una catedral gótica impresionante y con mucho ambiente a su alrededor. En el vídeo del viernes podréis ver más.

Sainte- Chapelle: Es también una obra maestra del gótico construida por Luis iX para guardar las reliquias santas. Se considera la iglesia más hermosa de París por las 15 vidrieras de 15 metros de altura que llegan hasta el techo abovedado. Nunca en mis anteriores viajes a París la había visitado y me pareció una obra absolutamente maravillosa. ¡No os la perdáis!

Tras ver esta zona más monumental, cruzamos el Boulevard Du Palais hasta la zona de Saint Michel. Este boulevard junto con el Boulevard Saint Germain es una zona de tiendas, de tiendas grandes y conocidas, pero si te metes por calles más estrechas encontrarás tiendas un poco más exclusivas. Los precios en general de la ropa me parecieron escandalosos. ¡Madre mía que sueldos hay que tener para comprar un bañador de 95 euros a tu hija! ☺

A este lado del Sena está también el barrio latino que tiene mucho ambiente y restaurantes para comer. Entre las cosas típicas que podéis probar en plan para comer rápido son: los kebas, los panini, el croque monsieur, crepes salados… y las omelette o tortillas francesas (por algo las llamamos así) que están muy ricas y las puedes pedir con diferentes ingredientes.

Caminando por el Boulevard Saint Michel llegamos a los Jardines de Luxemburgo. Son muy bonitos y muy populares. Si os toca buen tiempo podéis sentaros en una de las sillas metálicas que siempre se encuentran en los parques de París y pasar un buen rato. Hay un kiosko de música, un café al aire libre, un tiovivo, fuentes varias, palomas, esculturas de las divinidades griegas…En estos jardines está la fuente de Marie de Medici que impresiona mucho al verla. Le llaman la fuente del amor. En ella está representado el cíclope Polifemo y cuenta la fábula que se enamoró de una nereida, Galatea, una joven divinidad marina de gran hermosura y piel nívea que habitaba en las aguas calmas sicilianas. El corazón de Galatea pertenecía, sin embargo, al apuesto Acis, hijo del dios Pan. Y en una ocasión, cuando los amantes se hallaban retozando sobre la arena de la playa, fueron descubiertos por Polifemo. Acis, asustado, intentó huir, pero el monstruo de un solo ojo, cegado por los celos, le lanzó una enorme roca y lo aplastó brutalmente. Desesperada por el dolor, Galatea transformó la sangre de su amado muerto en el río Acis, que todavía hoy continúa en Sicilia su curso hasta el mar, al encuentro eterno con su amada en su desembocadura.

Este fue nuestro recorrido a grandes rasgos durante el primer día. Por la noche estábamos muertas de la de horas que anduvimos callejeando y metiéndonos en todas las tiendas que nos daba la gana sin que nadie nos marcara el ritmo. Vimos Eurovisión súper a gusto desde la cama y ¡voilá!

DIA 2

El segundo día decidimos subir a Sacre Coeur. Está más al norte de la ciudad en el barrio de Montmartre. Éste es un barrio espectacular, un lugar que tiene tintes muy artísticos y de hecho es el barrio donde a fines del siglo XIX y principios de XX los pintores y poetas se alojaban en París y de ahí que esta zona de la ciudad tenga un aire más bohemio.

Las calles son estrechas en muchos casos y en cuesta. Hay muchos cafés y tienditas de souvenirs además de pintores y artistas que te hacen retratos en el momento. Encontraréis a la salida del metro el muro del amor en el que pone “te quiero” en todos los idiomas imaginables. Pretende ser un reflejo de unión y amor frente a los muros y las fronteras que nos separan. Es muy de foto. ☺

Arriba del todo, en el punto más elevado de la ciudad, está la basílica del Sacré Coeur que se construyó para honrar la memoria de los 58,000 soldados franceses muertos durante la guerra franco-prusiana (1870-1871). Tardaron 46 años en levantarla y costó 6 millones de euros. Es preciosa de ver.

Sinceramente, algo que había olvidado de París es lo maravillosas que son todas sus iglesias. Te metas en la que te metas, te quedas con la boca abierta. Cerca del hotel estaba también la iglesia de san Agustín que es impresionante.

Por esta zona podéis callejear, ver el ambiente de los pintores, montaros en un tiovivo a los pies del Sacre Coeur como hicimos nosotras, ☺, y comer en un cafecito de los típicos parisinos al aire libre. ¡Qué bien se lo montan con las estufas exteriores! No pasas nada de frió y comer viendo pasar a todo el mundo es muy interesante.

Ese día después de la excursión mañanera y de haber subido tropecientas escaleras desde las que subimos en el metro hasta salir a la calle como todas las que subimos en este barrio, nos fuimos a descansar al hotel y a dormirnos la siesta.

Cuando viajas con niños, yo siempre os digo, que hay que adaptarse a ellos y hacer lo que les pida su cuerpo un poco. No teníamos ninguna necesidad de forzar la máquina. Estábamos ahí para disfrutar y lo importante era pasar tiempo juntas, no cuántos monumentos y lugares conseguíamos visitar en un día.
Por la tarde, nos fuimos al barrio de Le Marais. Es el barrio judío y los domingo abren. De nuevo es una zona de muchas tiendas, preciosas todas y escandalosas también. La gente tomaba muchos falafel en varios restaurantes de la zona pero nosotras nos decantamos por unos crepes.

Junto al Hotel de Ville hay un centro comercial conocido que se llama Le BHV Marais que tiene cosas muy chulas pero al mismo tiempo prohibitivas. Nosotras nos divertimos un rato recorriéndolo y buscando calcetines para Max como veréis en el vídeo del viernes. ☺

Cuando estaba cayendo el sol y las tiendas empezaron a cerrar, decidimos ir a la Torre Eiffel. Sobre ella no creo que necesitéis mucha información. Había estado, la había visto, pero nunca la había subido. Fuimos sin muchas expectativas de poder subir. Habíamos intentado comprar tickets online pero no había disponibles para las fechas que buscamos. Total que nos lanzamos a la aventura.

Y ahí estaba ella, tan impresionante y tan icónica. Nuestra sorpresa fue cuando vimos que no había cola para entrar. Nada! Fuimos a comprar los tickets con la mayor de la calma, tanta que preguntamos un par de veces si habíamos comprado las entradas correctamente para subir a la torre. “¿Pero con esto podemos subir? ¿ Arriba del todo?” ☺

Ahí fue cuando decidí hacer un directo con vosotros. Me parecía una oportunidad chulísima de vivir una experiencia única con todas las comentarias. Y así nos conectamos y os contamos cómo subimos en el ascensor hasta lo más alto. Fue una experiencia increíble, grandiosa, totalmente recomendable. Las vistas desde lo alto te cortan la respiración, son una maravilla. La ciudad a vista de pájaro es espectacular y poder ver el atardecer de esta manera fue un absoluto regalo del cielo.

La noche se echó encima y volvimos paseando por la orilla del Sena hasta la estación de metro con una sensación preciosa de madre e hija.

DIA 3

Este día decidimos visitar los Campos Eliseos, la Plaza de la Concordia y el Jardín de las Tullerías. La pena que nos llovió pero igualmente lo disfrutamos. Uno de los aciertos del viaje fue llevar paraguas. Nos salvó ante las pequeñas tormentas. Como sabíamos que iba a llover, decidimos que hacer un plan de museo era una buena idea.

Visitamos el Museo de L’Orangerie donde están los grandes lienzos de Monet de su serie Ninfeas. La verdad es que el rato que estuvimos aprendimos. Íbamos con una audio guía y nos parábamos en los cuadros que nos resultaban más interesantes. Mia, que al principio no le apetecía mucho ese plan, acabó súper interesada y enamorada de los cuadros de Pollock. ☺ Siempre que viajamos visitamos algún que otro museo. La mayoría de las veces con temáticas muy adaptadas a los niños y si no, temas que nos puedan parecer interesantes.

Eso sí, no nos saturamos de obras de arte, somos más de callejear. Después de esta parada nos recorrimos los Jardines de las Tullerías hasta el Museo de Louvre que vimos sólo desde fuera. Paseamos por toda esa zona del Palacio Real y nos fuimos a las Gallerías Lafayette.

Algo que hemos hecho este viaje ha sido disfrutar del shopping madre e hija. No es que hayamos comprado muchas cosas pero hemos toquiteado las tiendas lo que hemos querido y más. Las galerías Lafayette son un verdadero espectáculo. No sólo por lo bonitas que son por dentro con su cúpula de hierro y acero, un monumento que data desde 1894, sino por el despliegue visual de en su interior y de los escaparates de la calle. Son pequeñas obras de arte de escaparatismo. Le dan mucha importancia a todo el despliegue visual y es toda una experiencia disfrutar de este despliegue.

En estas galerías, no lo olvidaré ☺, me compré mis primeros zapatos de gran marca en compañía de mi hija para celebrar este viaje de las dos que ha sido una experiencia increíble.

Ese día volvimos caminando al hotel y disfrutando de un grandioso París, monumental. Y hasta aquí ha llegado mi relato de este viaje. Os recomiendo muchísimo hacerlo. A veces es complicado cuando se tienen varios hijos sacar tiempo de calidad con cada uno de ellos. Y ellos lo necesitan. Quieren y buscan ese tiempo a solas con su madre y no sabéis lo que hablan entonces. ¡No hemos callado! ¡Jajajaja!Y lo mejor es que escribiendo este post dejaré para siempre por aquí este recuerdo y podremos volver para verlo cuando queramos recordarlo. Muchísimas gracias por pasaros un día más. ¡Espero que os resulte muy útil!¡Un beso!